Muchos de nosotros creemos en la afirmación de que "todo es energía". La leemos en todas partes, pero se nos dificulta vernos a nosotros mismos como una central energética con sus centros de producción, limpieza e irradiación. Esto cambiaría si formáramos parte de una cultura oriental: el yoga, el budismo o la medicina china consideran a esas energías invisibles como un estado básico. Tienen nombre, se habla de ellas muy concretamente y como algo real: los cuerpos son energéticos.
En estas culturas aparecen las palabras "aura", "prana", "chakras", todas ellas partes fundamentales del mundo de la sanación energética, pero sobre todo necesarias para la comprensión de nosotros mismos en una red de energía vital universal o prana. La palabra sánscrita chakra significa "círculo" o "disco" y su nombre aparece constantemente en los más antiguos y famosos textos yoguis de la India, Tibet y Nepal.
El campo áurico: El campo áurico es el nombre habitual que recibe el sistema energético completo de cada persona. Consta de siete chakras mayores y siete cuerpos energéticos que se ocupan de asimilar los distintos tipos de energía que nutren y que se procesan en cada uno de los niveles. Este campo áurico individual no es un reducto cerrado ni aislado, y funciona en resonancia con el entorno, con otros seres vivos y con la Divinidad, de manera tal que en forma constante interactúa dando y tomando energía e información multidimensional de los diferentes campos que lo rodean y sus respectivos habitantes.
Podemos dividir a los chakras en los tres primeros o centros de Tierra, cercanos a la experiencia terrenal, muy necesarios para transitar la vida y la biología planetaria, un chakra central o "puente", que es el chakra del corazón (Anahatay) que enlaza los dos niveles básicos de la existencia, y tres chakras superiores que son necesarios para la experimentación de lo divino o espiritual. A pesar de estas diferenciaciones, los chakras funcionan en equipo y en conexión con el resto de los centros. El estado de armonía conocido como salud está siempre enraizado en el equilibrio armónico de las aperturas y expresiones que ocurren en los siete centros principales. Tener un chakra muy abierto y otro funcionando medio cerrado produce una distorsión que conduce inevitablemente a una desarmonía y trae problemas en algún área de la vida.Al prestar la debida atención al propio estado energético se puede empezar a mejorar el control de los chakras, utilizando distintas herramientas que están muy a mano para mejorar nuestro estado general y comenzar a disfrutar de la armonía.
Más aquÍ: https://www.clarin.com/entremujeres/bienestar/chakras-cuerpo-significados_0_tThP5wEdD.html
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