Este blog nace el día 11-4-2022

miércoles, 13 de julio de 2022

Flores de bach para el duelo



Es una ayuda natural para superar las diferentes emociones que podamos sentir en esos momentos tan duros.

Normalmente cuando hablamos de duelo nos referimos a la muerte de un ser querido.

Sin embargo creo que el duelo no se refiere solamente a esos momentos.Podemos vivir el duelo por  una relación de pareja, el duelo de un trabajo, de un lugar de residencia, etc.

Todo cambio significa dejar algo para poder vivir otra cosa. Este dejar fluir, avanzar y seguir adelante es el paso tan difícil que vivimos en el duelo.

Nuestras reacciones respeto al duelo pueden ser muy diferentes en función de lo que sentimos.

  • Star of Bethlehem – Estrella de Belén
  • Clematis – Clemátide
  • Holly – Acebo
  • Gencian – Genciana
  • Gorse – Aulaga
  • Honeysuckle – Madreselva
  • Chesnut bud – brote de Castaño
  • Walnut – Nogal
  • Pine – Pino
  • Willow – Sauce

Descripción de cada flor de Bach

El sistema del Dr. Bach está compuesto por 38 remedios, cada uno de los cuales está elaborado a base de una flor o planta que le confiere sus propiedades. Los remedios además están divididos en 7 grupos, englobándolos según el trastorno psicológico al que tratan (puedes encontrar esta relación al final del listado).

Para preparar un tratamiento siempre es aconsejable volver a repasar el listado completo de las 38 flores para asegurarnos de haber elegido las esencias adecuadas. Aquí te ofrecemos una breve descripción de cada flor.

Descripción corta de cada una de las 38 flores de Bach


1. Agrimony (Agrimonia) para los que ocultan sus temores detrás de una máscara de despreocupación.

2. Aspen (Álamo temblón) para los que tienen miedo a lo desconocido, o sienten miedo sin motivo aparente.

3. Beech (Haya) para los que tienen la necesidad de criticar y juzgar constantemente a los demás.

4. Centaury (Centáurea) para los que no saben decir “no” y se someten a la voluntad de los demás.

5. Cerato (Ceratostigma) para los que buscan consejo y aprobación constante, porque dudan de sí mismos.

6. Cherry Plum (Cerasífera) para las personas que controlan sus sentimientos y tienen miedo a perder el control.

7. Chestnut Bud (Brote de Castaño) para los que siempre repiten los mismos errores, porque no aprenden de ellos.

8. Chicory (Achicoria) para los que se preocupan demasiado por los demás, volviéndose autocompasivos si esta atención no es devuelta.

9. Clematis (Clematide) para los que viven en el futuro, porque el presente no les parece interesante.

10. Crab Apple (Manzano silvestre) para la obsesión por la “limpieza”, tanto a nivel psíquico como físico.

11. Elm (Olmo) para las personas abrumadas, porque asumen más trabajo del que pueden manejar.

12. Gentian (Genciana) para las personas pesimistas, que dudan de sí mismas y se desaniman fácilmente.

13. Gorse (Aulaga) para los que han perdido la esperanza y no tiene ánimos de seguir adelante. Grupo 2.

14. Heather (Brezo) para las personas que están centradas en sí mismas y no saben escuchar.

15. Holly (Acebo) para los que tienden a tener emociones negativas, como: rabia, odio, envidia, celos, etc.

16. Honeysuckle (Madreselva) para los que insisten en vivir de recuerdos pasados.

17. Hornbeam (Hojarazo) para las personas que sienten sin fuerzas para afrontar las actividades del día a día, aunque realmente sí las tienen.

18. Impatiens (Impaciencia) para las personas impacientes, inquietas y que siempre van con prisa.

19. Larch (Alerce) para los que no confían en sí mismos y siempre se anticipan al fracaso.

20. Mimulus (Mímulo) para los miedos de origen conocido.

21. Mustard (Mostaza) para los que sienten una tristeza profunda y repentina, pero desconocen su origen.

22. Oak (Roble) para las personas que no son capaces de rendirse ni abandonar, aunque estén agotados.

23. Olive (Oliva) para los que se sienten agotados, tanto físico como mentalmente.

24. Pine (Pino) para el sentimiento de culpa y no merecimiento.

25. Red Chestnut (Castaño Rojo) para los que se preocupan excesivamente por los demás.

26. Rock Rose (Heliantemo) para el terror y el pánico desmesurado.

27. Rock Water (Agua de Roca) para las personas que son demasiado duras consigo mismas y desean ser tomadas como ejemplo.

28. Scleranthus (Escleranto) para las personas indecisas e inestables anímicamente.

29. Star of Bethlehem (Leche de Gallina) para los traumas, ya sea actual o del pasado, consciente o inconsciente.

30. Sweet Chestnut (Castaño dulce) para los que se sienten totalmente angustiados y se encuentran ante un colapso total.

31. Vervain (Verbena) para las personas excesivamente entusiastas que intentan imponer sus ideales.

32. Vine (Vid) para las personas intolerantes, a las que les gusta dominar y mandar a los demás.

33. Walnut (Nogal) para los cambios y la protección de influencias externas.

34. Water violet (Violeta de agua) para las personas solitarias a las que les cuesta relacionarse con los demás.

35. White Chestnut (Castaño de indias) para las personas que se obsesionan con ciertos pensamientos.

36. Wild Oat para las personas desanimadas porque quieren hacer algo en la vida, pero no encuentran su vocación.

37. Wild Rose (Escaramujo) para las personas apáticas, que toman lo que la vida les trae sin intentar cambiar la situación.

38. Willow (Sauce) para las personas amargadas y resentidas por las adversidades que les ha tocado vivir.

Rescue Remedy (Remedio de rescate) es una mezcla de esencias florales creada por el Dr. Bach para tomar en las situaciones de emergencia, como crisis nerviosas o estados de shock. 

Las 5 fases del duelo: la teoría de Elisabeth Kübler-Ross

La psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross publicó en 1969 el libro “On death and dying” (“Sobre la muerte y el morir”), en el que describió por primera vez las 5 fases del duelo. Para ello se basó en su trabajo con pacientes terminales en la Universidad de Chicago.

El modelo de Kübler-Ross divide el duelo en 5 etapas que tienen lugar de forma sucesiva; no obstante, años después insistió en que el proceso de duelo no es tan lineal y rígido.

Según afirma la autora “On death and dying”, en primer lugar pasamos por la fase de negación y después por la de ira, la de negociación, la de depresión y, finalmente, la de aceptación de la pérdida. Para memorizarlas puede ser útil el acrónimo “NINDA”.

1. Negación

La negación de la pérdida es una reacción que se produce de forma muy habitual inmediatamente después de ésta, con frecuencia aparejada a un estado de shock o embotamiento emocional e incluso cognitivo.

Aunque en ocasiones esta fase del duelo implica estrictamente la negación de la pérdida, esto no siempre sucede sino que puede manifestarse de un modo más difuso o abstracto. Así, por ejemplo, se puede dar una negación de la importancia de la pérdida o de su carácter definitivo más que del hecho de que se haya producido.

2. Ira

El fin de la negación va asociado a sentimientos de frustración y de impotencia con respecto a la propia capacidad de modificar las consecuencias de la pérdida. Dicha frustración conlleva a su vez la aparición de enfado y de ira, como sucede en general y no sólo durante el duelo.

Durante la etapa de ira la persona busca atribuir la culpa de la pérdida a algún factor, como puede ser otra persona o incluso uno mismo. El proceso de duelo implica la superación de la frustración y del enfado, que se relacionan con intentos psicológicos naturales pero futiles de que nuestro estado emocional y nuestro contexto se mantengan iguales que antes de la pérdida.

3. Negociación

En la fase de negociación la persona guarda la esperanza de que nada cambie y de que puede influir de algún modo en la situación. Un ejemplo típico son los pacientes a quienes se les diagnostica una enfermedad terminal e intentan explorar opciones de tratamiento a pesar de saber que no existe cura posible, o quienes creen que podrán volver con su pareja si empiezan a comportarse de otra manera.

4. Depresión

La cuarta etapa del modelo de Kübler-Ross sobre el duelo es la de depresión. En este periodo la persona empieza a asumir de forma definitiva la realidad de la pérdida, y ello genera sentimientos de tristeza y de desesperanza junto con otros síntomas típicos de los estados depresivos, como el aislamiento social o la falta de motivación.

5. Aceptación

Después de las fases de negación, ira, negociación y depresión llega la aceptación de la pérdida y la llegada de un estado de calma asociado a la comprensión de que la muerte y otras pérdidas son fenómenos naturales en la vida humana.

La fase de aceptación se relaciona con la inevitabilidad de la pérdida, y por tanto del proceso de duelo. En los casos en que el duelo es debido a una enfermedad terminal suelen darse reflexiones con respecto a la propia vida, vista en retrospectiva una vez se acerca el final.


Referencias bibliográficas:

  • Kübler-Ross, E. (1969). On death and dying. New York: The Macmillan Company.

  • Kübler-Ross, E. & Kessler, D. (2007). On grief and grieving: finding the meaning of grief through the five stages of loss. New York: Scribner.

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